Genesis 3, 1-22

El pecado y sus consecuencias

La serpiente º, el más astuto de todos los animales del campo que Dios, el Señor, había hecho, entabló conversación con la mujer diciendo: — ¿Conque Dios les ha dicho que no coman de ningún árbol del jardín? º La mujer le contestó: — Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín; únicamente nos ha prohibido comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del jardín, porque moriríamos. Pero la serpiente replicó a la mujer: — De ninguna manera morirán. Dios sabe que, si un día comen, se les abrirán los ojos y serán iguales a él: conocerán el bien y el mal º. Entonces la mujer se dio cuenta de lo hermoso que era el árbol, de lo deliciosos que eran sus frutos y lo tentador que era tener aquel conocimiento; así que tomó del fruto y comió, dándoselo seguidamente a su marido que estaba junto a ella y que también comió. En aquel momento se les abrieron los ojos y descubrieron que estaban desnudos º, por lo que entrelazaron unas hojas de higuera y se taparon con ellas. Cuando el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera. Pero Dios, el Señor, llamó al hombre diciendo: — ¿Dónde estás º? El hombre contestó: — Te oí en el jardín, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. Entonces Dios, el Señor, le preguntó: — ¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer? El hombre respondió: — La mujer que me diste por compañera me ofreció de ese fruto y yo lo probé. Entonces Dios, el Señor, preguntó a la mujer: — ¿Por qué hiciste eso? Ella respondió: — La serpiente me engañó y comí. º Entonces Dios, el Señor, dijo a la serpiente: — Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los animales, tanto domésticos como salvajes. de ahora en adelante te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo toda tu vida. Pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Su descendencia º te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón. º A la mujer le dijo: — Multiplicaré sobremanera las molestias en tus embarazos, y con dolor parirás a tus hijos. Tendrás ansia de tu marido y él te dominará. Al hombre º le dijo: — Como hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol del que te prohibí comer, la tierra va a ser maldita por tu culpa; con fatiga sacarás de ella tu alimento durante todo el tiempo de tu vida; te producirá espinos y cardos, y comerás hierba del campo º. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra de la cual fuiste formado, pues eres polvo, y al polvo volverás. El hombre puso a su mujer el nombre de Eva º porque ella sería la madre de todo ser viviente. Dios, el Señor, hizo para el hombre y su mujer ropas de piel, y los vistió. Después, Dios, el Señor, se dijo: “El ser humano es ya como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; para ser inmortal sólo le falta extender la mano y comer del fruto del árbol de la vida” º.
Ver contexto