Salmos 26, 2-11
“
Explórame, Señor, y ponme a prueba, sondea mi interior y mis entrañas. Tus bondades las tengo ante mis ojos y me conduzco en tu verdad. Con los hombres falaces no me paro ni me acerco a tratar con el fingido; aborrezco el consorcio del malvado y en compañía del impío no me siento. Quiero lavar mis manos en pureza y dar vueltas, Señor, en torno a tus altares, haciendo resonar la acción de gracias y refiriendo todos tus portentos. Amo, Señor, la casa donde habitas, el lugar de la morada de tu gloria. No recojas mi alma en el haz de los errados, mi vida con la gente sanguinaria, que tienen en las manos el delito y su derecha llena de soborno. Por mi parte, yo voy en inocencia: rescátame y concédeme tu gracia. ”