Hechos 21, 10-11

Permanecimos allí muchos días, y durante nuestra estadía, bajó de Judea un profeta llamado Agabo. Este vino a vernos, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él los pies y las manos, y dijo: "El Espíritu Santo dice: Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán a los paganos".
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