Isaías 30, 1-5

¡Ay de los hijos rebeldes -oráculo del Señor- que hacen planes sin cortar conmigo, que concluyen pactos contrarios a mi espíritu. añadiendo así un pecado tras otro! Se ponen en camino para bajar a Egipto sin haberme consultado, para refugiarme al amparo del Faraón y protegerse a la sombra de Egipto. El amparo del Faraón será su vergüenza y la protección a la sombra de Egipto, su confusión. Aunque sus jefes estén en Soán y sus mensajeros hayan llegado a Janés, todos ellos serán defraudados por un pueblo que no sirve de nada, que no les aporta ayuda ni provecho, sino vergüenza y oprobio.
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