II Corintios 8, 1-7

También quiero, hermanos, haceros conocer la gracia que Dios ha hecho a las iglesias de Macedonia, que la gran tribulación con que han sido probados abundó en gozo y su extremada pobreza se convirtió en riqueza de su liberalidad. Doy testimonio de que, según sus facultades y aun por encima de sus facultades, de iniciativa propia, rápidamente nos rogaban que les hiciésemos la gracia de participar en el socorro a favor de los santos: y no como esperábamos, sino que a sí mismos se entregaron, primeramente al Señor, y luego a nosotros, por la voluntad de Dios. Así que encargamos a Tito que, según había comenzado, así también hiciese entre vosotros esta obra de caridad. Y así como abundáis en todo, en fe, en palabra, en ciencia, en toda obra de celo y en amor hacia nosotros, así abundéis también en esta obra de caridad.
Ver contexto