II Samuel  11, 12-27

David dijo a Urías: “Quédate aquí todavía hoy, y mañana te despacharé.” Quedóse, pues, Urías en Jerusalén aquel día;" y al día siguiente David le convidó a comer con él, y Urías se embriagó, y salió ya tarde a acostarse con los servidores de su señor y no bajó a su casa. A la mañana siguiente escribió David a Joab una carta y se la mandó por mano de Urías. En esta carta había escrito: “Poned a Urías en el punto donde más dura sea la lucha, y cuando arrecie el combate, retiraos y dejadle solo, para que caiga muerto.” Joab, que asediaba la ciudad, puso a Urías en el sitio donde sabía que estaban los más valerosos defensores. Los de la ciudad hicieron una salida contra Joab, y cayeron muchos del pueblo, de los servidores de David, y entre ellos cayó muerto Urías el jeteo. Joab mandó uno que informara a David de lo sucedido en el combate, y le dio esta orden: “Cuando hayas acabado de contar al rey lo sucedido en el combate, si se enciende su cólera y dice: “¿Por qué os habéis acercado a la ciudad para trabar combate? ¿No sabíais que los sitiados habían de arrojar sus tiros contra vosotros? ¿Quién mató a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿No fue una mujer, que lanzó sobre él un pedazo de rueda de molino, de cuya herida murió en Tebes? ¿Por qué, pues, os acercasteis a la muralla?” le dirás: Tu siervo Urías el jeteo ha muerto también.” Partió el mensajero al rey a Jerusalén, y a su llegada contó a David todo lo que Joab le había ordenado y todos los episodios del combate. David se dejó llevar de la cólera contra Joab y dijo al mensajero: “¿Por qué os habéis acercado a la ciudad? ¿No sabíais que lanzarían proyectiles desde lo alto de la muralla? Pues ¿quién hirió a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿No fue una mujer, que lanzó una muela de molino desde lo alto de la muralla y le hizo morir en Tebes? ¿Por qué, pues, os habéis acercado a la muralla?” El mensajero dijo a David: “Porque aquellas gentes, en más número que nosotros, hicieron una salida, pero los rechazamos hasta la puerta. Sus arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla, y muchos de los servidores del rey fueron muertos: entre ellos tu siervo Urías el jeteo quedó muerto también.” David dijo al mensajero: “He aquí lo que dirás a Joab: No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destruyela.” Y alentóle así. La mujer de Urías supo la muerte de su marido y le lloró. Pasado el duelo, mandó David a buscarla y la introdujo en su casa y la tomó por mujer, y ella le dio un hijo. Lo que había hecho David fue desagradable a los ojos de Yahvé.
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