Daniel  8, 15-26

Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y buscaba la inteligencia, púsose ante mí un como hombre, y oí una voz de hombre que de en medio del Ulai gritaba y decía: Gabriel, explícale a éste la visión. Vino éste luego cerca de donde estaba yo, y al acercarse me sobrecogí y caí sobre mi rostro. El me dijo: Atiende, hijo de hombre, que la visión es del fin de los tiempos. Al hablarme caí entontecido sobre el rostro, pero él me tocó y me hizo estar en pie, y me dijo: Voy a enseñarte lo que sucederá al fin del tiempo de la ira, pues tendrá fin ese tiempo. El carnero de dos cuernos que has visto son los reyes de Media y de Persia;" el macho cabrío es el rey de Grecia, y el gran cuerno de entre sus ojos es el rey primero;" el romperse y salir en su lugar otros cuernos, cuatro reyes que se alzarán en la nación, mas no de tanta fuerza como aquél. Al final de su dominación, cuando se completen las prevaricaciones, levantaráse un rey imprudente e intrigante;" su poder crecerá, no por su propia fuerza, y producirá grandes ruinas y tendrá éxitos, y destruirá a poderosos y al pueblo de los santos. Por sus prosperidades y por el éxito de sus intrigas, se llenará de arrogancia su corazón, y hará perecer a muchos que vivían apaciblemente, y se levantará contra el príncipe de los príncipes, pero será destruido sin que intervenga mano alguna. La visión de las tardes y mañanas es verdadera; guárdala en tu corazón, porque es para mucho tiempo."
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