Ezequiel  34, 12-31

Como recuenta el pastor a sus ovejas el día en que la tormenta dispersa la grey, así recontaré yo mis ovejas, y las pondré en salvo en todos los lugares en que fueron dispersadas el día del nublado y de la tiniebla, y las retraeré de en medio de las gentes, y las reuniré en todas las tierras, y las llevaré a su tierra, y las apacentaré sobre los montes de Israel, en los valles y en todas las regiones del país. Las apacentaré en pastos pingües y tendrán su ovil en las altas cimas de Israel. Allí tendrán cómoda majada y pingües pastos en los montes de Israel. Yo mismo apacentaré a mis ovejas y yo mismo las llevaré a la majada, dice el Señor, Yahvé. Buscaré la oveja perdida, traeré la extraviada, vendaré la perniquebrada y curaré la enferma, y guardaré las gordas y robustas, apacentaré con justicia. Y tú, rebaño mío, así dice el Señor, Yahvé: Yo mismo juzgaré entre oveja y oveja y entre carneros y machos cabríos. ¿No os bastaba a vosotros apacentaros en lo mejor de los pastos, que pisoteabais además con vuestras pezuñas el resto del pasto? ¿Beber el agua clara y no enturbiar con vuestras pisadas la que queda? ¿Mis ovejas van a tener que comer lo que vosotros hollasteis con los pies, y beber lo que con ellos enturbiasteis? Por eso así dice el Señor, Yahvé: Yo juzgaré entre la oveja gorda y la flaca. Y como empujáis con el flanco y las espaldas y acorneáis con los cuernos a las débiles, hasta que las echáis y las hacéis descarriar, yo protegeré a mis ovejas para que no se descarríen, y yo juzgaré entre oveja y oveja. Suscitaré para ellas un pastor único, que las apacentará. Mi siervo David, él las apacentará, él será su pastor. Yo, Yahvé, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellas. Yo, Yahvé, lo he dicho. Haré con ellas alianza de paz, haré desaparecer de la tierra las fieras, y andarán tranquilas por el desierto y se reposarán en la selva. Haré de ellas y de los alrededores de mi collado una bendición. Mandaré a su tiempo las lluvias, lluvias de bendición. Darán sus frutos los árboles del campo, y la tierra los suyos. Habitarán en su tierra en seguridad, y sabrán que yo soy Yahvé cuando rompa las coyundas de su yugo y las arranque de las manos de los que las esclavizaron. No serán ya más presa de las gentes, las devorarán las fieras del campo, sino que habitarán en seguridad, sin que nadie las espante. Les suscitaré una prole de renombre; no los consumirá ya más el hambre ni serán más el escarnio de las gentes." Conocerán entonces que yo, Yahvé, soy su Dios, y que ellos, la casa de Israel, son mi pueblo, dice el Señor, Yahvé. Rebaño mío, vosotros sois las ovejas de mi grey, y yo soy vuestro Dios, dice el Señor, Yahvé.
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