Genesis 4, 10-16

“¿Qué has hecho? — le dijo Él —. La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito serás de la tierra, que abrió su boca para recibir de mano tuya la sangre de tu hermano. Cuando la labres, te negará sus frutos y andarás por ella fugitivo y errante.” Dijo Caín a Yahvé: “Insoportablemente grande es mi castigo. Ahora me arrojas de esta tierra; oculto a tu rostro habré de andar fugitivo y errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará,” Pero Yahvé le dijo: “No será así. Si alguien matare a Caín, sería éste siete veces vengado.” Puso, pues, Yahvé a Caín una señal, para que nadie que le encontrase, le matara. Caín, alejándose de la presencia del Señor, habitó la tierra de Nod, al oriente de Edén.
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