Isaías 63, 8-14

Dijo: Ciertamente son mi pueblo, son hijos que no engañarán. Y fue su Salvador en todas sus angustias. No fue un mensajero, un ángel; su faz misma los salvó; en su amor y clemencia, El mismo los rescató, y los soportó y sostuvo todos los días de la antigüedad." Pero ellos se rebelaron y contristaron su santo espíritu, y se les cambió en enemigo y combatió contra ellos. Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu? ¿El que hizo marchar a la diestra de Moisés su brazo glorioso; el que delante de ellos hendió las aguas, haciéndose así un renombre eterno;" el que los condujo por los abismos como a caballo por el desierto, sin que tropezaran? Como a la bestia que desciende al valle, el espíritu de Yahvé los hizo reposar. Así condujiste tú a tu pueblo para forjarte un renombre glorioso.
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