Jeremías  13, 17-20

Si no escucháis, mi alma llorará en secreto vuestra soberbia, y mis ojos derramarán abundantes lágrimas, porque ha sido hecho cautivo el rebaño de Yahvé. Di al rey y a la reina: Humillaos, sentaos (en el suelo), porque está para caer de vuestras cabezas la corona de vuestra magnificencia. Las ciudades del sur están cercadas y no hay quien las abra. Toda Judá es deportada, en deportación completa. Alza tus ojos y mira, Jerusalén, a los que vienen del septentrión. ¿Dónde está la grey que te fue dada, tu espléndido rebaño?
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