Miqueas 7, 7-20

Mas yo dirigiré mis miradas a Yahvé y esperaré en el Dios de mi salvación, y me escuchará mi Dios. ¡No te regocijes de mí, enemiga mía! pues si caí, me levantaré, y si moro en tinieblas, Yahvé será mi luz. Habré de soportar la ira de Yahvé, porque pequé contra El, hasta que juzgue mi causa y me haga justicia. Lo verá mi enemiga, se cubrirá de vergüenza, ella que me decía: ¿Dónde está Yahvé, tu Dios? Mis ojos lo habrán de ver. Ahora será pisoteada como el fango de las calles. Es el día de la reconstrucción de tus muros! ¡Es el día en que se alejarán tus fronteras! En ese día se llegará a ti desde Asiría a Egipto, y desde Egipto hasta el río, del uno al otro mar, del uno al otro monte, y la tierra será devastada a causa de sus habitantes, por sus obras. Apacienta con tu cayado a tu pueblo, el rebaño de tu heredad, que habita aislado en la selva,en medio del Carmelo; que se apacientan en Basan y Galaad como en tiempos pasados." Como en los días de tu éxodo de Egipto, le haré ver prodigios. Lo verán las gentes y se avergonzarán de toda su prepotencia; pondrán la mano sobre su boca y ensordecerán sus oídos." Lamerán el polvo como la serpiente; como los reptiles de la tierra,saldrán espantados de sus escondrijos, y despavoridos, se volverán a Yahvé, nuestro Dios, y se sobrecogerán de temor ante ti." ¿Qué Dios hay como tú, que perdonas la maldad y pasas por alto el pecado del resto de tu heredad? No persiste por siempre en su enojo, porque gusta de la piedad. Volverá a compadecerse de nosotros, conculcará nuestras iniquidades y arrojará a lo hondo del mar nuestros pecados. Serás fiel a Jacob y propicio a Abraham, como a nuestros padres juraste desde tiempos antiguos.
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