Numeros  21, 21-30

Israel mandó embajadores a Seón, rey amorreo, para decirle: “Déjanos pasar por tu territorio; no iremos ni por los campos ni por las viñas, ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real hasta salir de tus fronteras.” Seón se negó a dejar pasar a Israel por su territorio, y, reuniendo a toda su gente, salió al encuentro de Israel en el desierto y le dio la batalla en Yahsa. Israel le derrotó al filo de la espada, y se apoderó de su tierra desde el Amón hasta el Yaboq, hasta los hijos de Amón, pues Yahsa era frontera de los amonitas. Conquistó Israel todas estas ciudades, y habitó en las ciudades de los amorreos, en Hesebón y en todas las ciudades que de ella dependen, pues Hesebón era la residencia de Seón, rey de los amorreos, que había hecho antes la guerra al rey de Moab, y se había apoderado de toda su tierra hasta el Amón. Por eso cantaban los trovadores: “Id a Hesebón, edificad y fortificad la ciudad de Seón. Fuego ha salido de Hesebón, llama de la ciudad de que devoró las ciudades de Moab [Seón; y consumió las alturas del Amón." ¡Ay de ti, Moab! Has perecido, pueblo de Gamos; fueron dados a la fuga tus hijos, y sus hijas por cautivas del rey de los amorreos." Pero al rey de los amorreos, Seón, le han arrebatado el noval desde Hesebón hasta Dibón. Y sus mujeres, humilladas, hasta tener que encender el fuego en Mádaba.”]
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