Salmos 31, 2-4

En ti, ¡oh Yahvé! confío; i no sea yo nunca confundido, líbrame en tu justicia." Inclina a mí tus oídos, apresúrate a librarme; sé para mí roca inexpugnable, ciudadela para mi salvación." Pues tú eres mi roca, mi ciudadela; por mor de tu nombre tú me guiarás y conducirás."
Ver contexto