Ezequiel 26, 1
“
Contra Tiro
(1-2) Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia, y el día primero del mes de Adar,[1] Dios me dijo:
«ezequiel, hombre mortal, la ciudad de Tiro se burla de Jerusalén y dice:
“¡La gran ciudad,
centro del comercio mundial,
ha quedado en ruinas!
¡Ahora me toca a mí
hacerme rica como ella!” ”