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Zwinglio


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Biografía GER

Iniciador de una de las corrientes del protestantismo. En el vasto movimiento que sacudió a la Iglesia en el s. XVI, hubo tres principales centros de radiación que dieron origen a tres formas diferentes del protestantismo: Wittenberg con Zurich con Z. y Ginebra con Calvino. Las dos últimas formas se unieron posteriormente (La Confesión Helvética de 1566 fue adoptada por la mayor parte de las Iglesias reformadas); Z. y el zwinglianismo son así un elemento determinante del calvinismo posterior .

I. Vida de Zwinglio. a) Primeros años. N. en )484 en Wildhaus, en las tierras de la abadía de St.-Gall, Ulrich Z. adquiere una sólida instrucción humanista y teológica en Viena y en Basilea. Ordenado sacerdote en la catedral de Constanza, dice su primera misa en su pueblo natal y comienza teniendo la importante cura de Glais (1506- 16). Acompaña en calidad de capellán a las tropas suizas enviadas como mercenarias a Italia (Novarre, Marignano). A su vuelta toma partido por el mantenimiento de la alianza militar con el Papa, aun cuando la mayoría de sus parroquianos se inclina hacia una alianza francesa. Por este tiempo acepta el puesto de vicario y de predicador de Einsiedeln, uno de los más famosos centros de peregrinación del Norte de los Alpes. Está, durante estos años, muy influido por los escritos religiosos de Erasmo. Siguiendo los pasos del humanista holandés, se consagra al estudio del N. T. y de los Padres de la Iglesia; pone mucho énfasis en el seguimiento de Cristo, en la necesidad de una elección libre y en el Sermón de la Montaña (Mt 5-7), como resumen de la Ley de Cristo. Protesta contra el tráfico de las indulgencias, dirigido en la región por Bernard Samson (1518). No ataca a la indulgencia en sí sino al mercantilismo de los predicadores. El Papa, que quiere manifestar .su aprecio a los suizos por su ayuda militar a la Santa Sede, pone fin a la misión de Samson y confiere a Z. el título de capellán acólito de la Santa Sede.

En diciembre de 1518, Z. es llamado a Zurich para ser predicador de la iglesia principal. Al entrar en funciones comienza la explicación continuada del Evangelio según S. Mateo; atrae a numerosos oyentes. En 1519, la peste asola la ciudad. z. ejerce su ministerio con abnegación y se gana el afecto y la confianza de sus parroquianos. Atacado él mismo poi la peste, se repone con dificultad. Parece que esta prueba ha acelerado su evolución espiritual y teológica. En tres poemas escritos inmediatamente después de su curación, expresa una actitud de total dependencia: el destino está en las manos de Dios; es esta certeza lo que da la paz. Según algunos es en 1520 cuando su piedad de humanista cristiano se ha hecho "reformada", es decir, protestante; otros colocan este cambio radical en fechas anteriores. Sea de ello lo que fuere, sus notas de 1520 afirman la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios, la ineficacia de los méritos, el poder de la gracia como fundamento de la justificación de los pecadores. Las investigaciones recientes muestran,que esta evolución, aunque sea similar a la de Lutero, no se debe a los escritos de este último sino que procede por vía autónoma.

b) La ruptura. En 1520, Z. renuncia a la pensión pontificia para significar su "alejamiento de la Iglesia romana", pero es sólo en 152'1: cuando se produce el primer conflicto con el obispo de Constanza. Algunos ciudada nos de Zurich habían sido condenados a prisión por haber quebrantado públicamente las leyes de la cuaresma en una posada. Z. se hace cargo de su defensa en una predicación y escribe un tratado titulado De la elección y de la libertad de los qlimentos. El obispo reclama del Capítulo y de los Consejos de la ciudad el respeto de las ordenanzas y de los usos de la Iglesia. La Dieta prohíbe las predicaciones que 'puedan perturbar la fe. Z. y diez eclesiásticos escriben al obispo ya la Dieta para pedir la libre predicación del Evangelio y la autorización para los sacerdotes de casarse. De hecho, él mismo se casa con la viuda de un notable. El obispo no responde a la petición de reunir un coloquio. El gobierno de Zurich ordena entonces que se celebre una disputa pública en la que se deliberará "en lengua alemana y según la verdadera y divina Escritura" para decidir si la predicación de Z. y de sus colegas es conforme a la verdad. Se fija la fecha del 29 en. 1523 para celebrarla; el obispo es invitado a asistir a ella o a hacerse representar. Con vistas a los debates Z. redacta 67 tesis que afirman la independencia de la Biblia con respecto a la Iglesia definida como la "comunión de los santos" ; que Cristo es el único camino de salvación; que la Misa no es un sacrificio sino el "memorial del sacrificio eterno y todopoderoso de Cristo". Esta"primera disputa de Zurich" agrupó a upos 600 participantes; la delegación episcopal estaba dirigida por el vicario general Juan Faber, fuerte controversista.

A la terminación de los debates, el Consejo de la ciudad decide que Z. está autorizado para "anunciar el Evangelio con la ayuda del Espíritu de Dios", pues piensa que nadie le ha convencido de herejía. Z. publica entonces una importante obra que resume sus ideas: la Explicación y justificación de las tesis, primer tratado de dogmática protestante en lengua alemana. La tesis 13 manifiesta ya una diferencia importante con la teología de Lutero: apoyándose en lo 6,44, Z. sostiene que el hombre es atraído a Dios por el Espíritu Santo; la fe es suscitada en él por una comunicación directa del Espíritu, sin que sea indispensable un intermediario, palabra o signo. Es el llamado "espiritualismo" de Zwinglio.

El mismo año tiene lugar una segunda disputa a propósito de la Misa y de las imágenes. Z. ataca la presencia de imágenes en la Iglesia que, dice, provocan la idolatría y son contrarias al Decálogo. Se envía a los obispos suizos y al gobierno de la Confederación Helvética una Breve instrucción cristiana sobre el camino de la salvación, la libertad del cristiano, la Misa y las imágenes. En el cantón de Zurich son cerrados los relicarios, las imágenes son veladas y con frecuencia destruidas por el pueblo. Algunos iconoclastas extremistas van más lejos que Z.; uno de ellos, Nicolás Hottinger, fue desterrado. Poco a poco se introducen otras reformas; los conventos son suprimidos y sus bienes destinados a escuelas. Las rentas del cabildo de la catedral son asignadas al seminario de teología, fundado en 1525, que se dedica sobre todo a la exégesis, con la colaboración del célebre hebraísta C. Pellikan. Los resultados de las investigaciones son expuestos cinco veces por semana en algunas predicaciones. El objetivo de Z. es hacer que el trabajo de los especialistas sirva para la edificación de una comunidad popular centrada sobre la Biblia. Se elabora así una traducción de la Biblia (Biblia de Zurich, A T , 1529; ed. completa, 1531). El Jueves Santo de 1525 se celebra la primera "eucaristía evangélica" : una simple mesa cubierta con un mantel reemplaza al altar; una canasta contiene el pan, que se puede romper; una copa de madera, el vino ofrecido a todos. Las Misas cotidianas son reemplazadas por una meditación por la mañana temprano. Es instituido un tribunal para el régimen matrimonial y para los asuntos de costumbres. La comunidad eclesial no tiene órgano de gobierno: las autoridades civiles se encargan de ello. Z., adoptando como modelo los profetas del A. T ., actúa por su predicación y por sus intervenciones en el seno de los Consejos. En 1525, la estructuración zwingliana de Zurich está realizada. Z. publica entonces en latín su segunda exposición completa de la fe evangélica, De vera et falsa religione commentarius, dedicada a Francisco I.

c) Años posteriores. Z. encontró oposición en muy diversas direcciones. En el mismo Zurich, algunas familias patricias le hicieron temer un movimiento de contra. refoI:ma animado por los cantones, en su mayoría católicos durante esa época. La Dieta de los cantones de Suiza convocó una disputa religiosa en Baden (1526) que condenó a los de Zurich, ya la que Z. no quiso ir por temor a una emboscada. El veredicto de la Dieta no per. turbó, stn embargo, a los de Zurich ni disminuyó el ritmo de su influjo en otros cantones. Desde otra vertiente, los anabaptistas le reprochan ser poco decidido en la reforma: piensan que hay que separar del mundo de una manera clara a los "hijos de Dios", constituirlos en comunidades completamente independientes del Estado, distintas de la sociedad civil, en una "Iglesia de santos" conforme a los tiempos apostólicos y se oponen también al Bautismo de los niños y proscriben la violencia y el uso de las armas. Aunque entre esos anabaptistas están algunos de sus amigos de la primera hora, Z. se decide, finalmente, a combatirlos; el Consejo de Zurich tomó contra ellos severas medidas (prisión, pena de muerte) ; uno de sus jefes, Manz, muere ahogado en 1527.

Desde 1529, Z. es miembro del gobierno del cantón, en el que su opinión es preponderante. Aspira a que el poder de Zurich sirva para el triunfo de sus ideas en la Confederación Helvética y fuera de ella. De hecho hay movimientos similares en las ciudades vecinas, y Z. les apoya con toda su ciencia y con todo su poder. Berna (Wyttenbach, Haller, Meyer) y Sankt Gallen (Vadianus, Kessler) se han unido a los "evangélicos" en 1528; Basilea, en 1529 (Wyttenbach, Capito, Ecolampadio); y Schaf. fouse (S. Hofmeister) se muev~n en la misma dirección. Los cinco cantones primitivos (Uri, Schwyz, Unterwald, Zug, Lucerna), que han permanecido fieles a la fe católica, concluyen una alianza con el rey Fernando de Austria. Z. apremia a los cantones protestantes para que ataquen al enemigo antes de que Fernando pueda intervenir. Los zuriguenses marchan contra las tropas católicas, pero la intervención de un notable de Glaris permite concluir la paz de Cappel (1529). La alianza austriaca es abandonada. Z. teme que el enfrentamiento se produzca más tarde en circunstancias menos favorables, desaprueba el armisticio y proyecta una coalición europea contra la casa de Habsburgo, con el apoyo de Felipe de Hesse. Ni Berna ni Zurich aprueban este plan. Aislado, Z. presenta su dimisión, que le es rechazada. En este momento estalla la segunda guerra de Cappel que concluye con una aplastante derrota en la que caen muertos Z. y muchos jefes de su partido (1531).

2. Doctrina de Zwinglio. Es un sistema original que se distingue claramente del de Lutero o del de Calvino. Esto se debe en gran parte a su apego a los clásicos de la antigüedad ya los trabajos de los humanistas: Z. admiró a Platón, a Aristóteles, a Séneca, y recibió -como ya dijimos- la influencia de Erasmo. Mientras que para Lutero, lo fundamental son el pecado y la gracia, para z. el centro de la verdad cristiana es la Voluntad eterna de Dios, la Ley divina a la que nada se sústrae, ni el pecado, ni el mal, ni el conjunto de la creación (escribió un tratado sobre La Providencia). Z. piensa que el pecado original y sus consecuencias no son más que una enfermedad y no una perversión total de la naturaleza humana, y que permanece en el hombre una aspiración hacia Dios. "Desde los orígenes hasta el fin de los tiempos, no existe hombre bueno, ni inteligencia santa, ni alma fiel -escribe- que no desee unirse a Dios", por consiguiente, concluye, se puede esperar la salvación de los justos que no han conocido la Revelación. De hecho desarrolla una teología natural, inspirándose en Tomás de Aquino y los neoplatónicos del Renacimiento. Por otra parte, y tal vez como consecuencia sin duda de las experiencias religiosas que tuvo en 1515 ó 1520, se va separando del moralismo piadoso que había heredado de Erasmo, para acercarse a un espiritualismo: el Señor , Cristo, no es solamente maestro que enseña, sino que crea en el hombre una nueva vida, doctrina que se prolonga con una teología en la Cruz parecida a la vez a Lutero y en virtud de la cual el hombre no tiene otra cosa que el sentimiento de impotencia en una certeza vivificante.

z. difiere de Lutero por lo que se ha llamado su radicalismo y su activismo. Cristo, según Z., crea en el hombre, por medio de la conversión, la determinación y la fuerza para hacer el bien sin reserva. La Biblia, añade, nos transmite la voluntad de Dios; ya ella hay que atenerse lo más estrictamente posible. Así, mientras Lutero conserva algunas prácticas tradicionales, poniendo como regla que no contradigan a su idea de la justificación por. la fe, z. analiza si esas prácticas están expresamente mandadas por la S. E. y las rechaza en el caso de que esto no sea así. Si Lutero, preocupado sobre todo por un mensaje religioso, es profeta más que reformador , en z. ocurre lo inverso. Para Z. lo esencial es reformar y simplificar los organismos religiosos y las prácticas de piedad. Somete a una fuerte criba los sacramentos: sólo admite dos, Bautismo y Eucaristía (Cena), considerándolos simples promesas o memoriales. El Bautismo es privado de toda eficacia preparatoria para la salvación, y la Cena viene a ser concebida como comunión en la Iglesia-cuerpo de Cristo. Suprime además el toque de campanas, las imágenes, los órganos, todos los himnos y cánticos, etc. En esto último, junto a otros factores, influye cierto intelectualismo: temía que la emoción tuviese la primacía sobre la reflexión; sólo la palabra -piensa- debe obrar, la Palabra de Dios, de la que debe ser intérprete sobrio la predicación, momento principal del culto.

A propósito de la doctrina de la Cena, ásperas controversias opusieron a los luteranos y los zwinglianos. z. insiste en el carácter único y suficiente del sacrificio de Cristo en la Cruz para nuestra salvación. La Eucaristía es, para él, la mera representación o memoria de este acontecimiento, que no podría repetirse. En un coloquio de Marburgo en 1529, en el que los estrasburgueses se esforzaron por realizar un acuerdo entre los diversos partidos, se produjo un choque violento, Lutero entendía literalmente las palabras de la institución, "esto es mi cuerpo"; Z. leía "esto significa mi cuerpo". Bucero y Ecolampadio afirman que ellos creen en la presencia espiritual de Cristo en la Eucaristía, y que en ella hacen la experiencia de la acción del Espíritu Santo. No se pudo llegar a un acuerdo, aunque, en el fondo, estaban más cercanos de lo que ellos mismos pensaban.

¿Cómo concibe Z. las relaciones de la Iglesia y del Estado? Hemos visto que ha mezclado íntimamente los dos dominios, eclesiástico y temporal. A ello se veía empujado por su actitud de fondo: más que por la salvación individual, está preocupado por las repercusiones del Evangelio en la sociedad, por el establecimiento del reino de Dios en la ciudad temporal. Murió demasiado joven, por lo que su pensamiento no tiene una forma acabada, pero está claro que para él vida cristiana y vida cívica, reforma eclesiástica y reforma social van unidas. Como Lutero, cree que la Iglesia, en su sustancia, es la Iglesia invisible, pero, más que Lutero, se aplica a la iglesia visible de la que se considera responsable y cuya vida quiere reglamentar. Cada comunidad local es, según su sistema, soberana, siendo el sínodo un lazo federativo. Dentro de cada comunidad, los pastores y los fieles son iguales entre sí. El pastor es como un delegado al servicio de la Palabra y no existe ninguna jerarquía. El ejercicio de la disciplina implica, cuando las exhortaciones

han sido infructuosas, la aplicación de las sanciones que tienen consecuencias graves: exclusión de la Iglesia significa destierro de la ciudad civil. Su idea es que los magistrados cristianos de la República dieran leyes en nombre de la comunidad eclesial y civil, porque "una ciudad cristiana no es otra cosa que una comunidad cristiana" .

3. Desarrollo del zwinglianismo. La acción de Z. se extendió durante su vida no sólo a Zurich sino también al resto de la Suiza alemana, en la que influyó poderosamente. A la muerte de Z. su liderazgo en Zurich fue asumido por Henri Bullinger. En este tiempo las ideas de Z. se difunden por algunas ciudades imperiales y del cantón de Vaud, por intermedio de Berna (disputa de Lausana, 1535). Bullinger concluyó con un acuerdo sobre la cuestión de la Cena (acuerdo de Zurich, de 1549), colaboró en la Primera confesión helvética (Basilea 1536), compuesta con vistas a un acercamiento con Lutero. De su pluma salió igualmente la Segunda confesión helvética, que el elector palatino Federico III presentó a la Dieta Imperial (1566), que recibió la adhesión de todos los reformados (calvinistas y zwinglianos) pero no de los luteranos. Para el posterior desarrollo del zwinglianismo.

ERIC PETER.

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