Ver contexto
Esperábamos paz, y no hubo bien;
tiempo de curación, y hubo cuidado.
(Jeremías  8, 15) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

קַוֵּ֥ה‎(קָוָה)

Hebrew|qawwˌē|wait for

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperative
Verbal stem: pi“el


[H6960] [s.aq.aa] [1994]
[קוה] [GES6916] [BDB7610] [HAL7544]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

שָׁלֹ֖ום‎(שָׁלֹום)

Hebrew|šālˌôm|peace

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7965] [v.ds.ab] [2401a]
[שלום] [GES7928] [BDB8724] [HAL8657]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

אֵ֣ין‎(אַיִן)

Hebrew|ʔˈên|[NEG]

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H369] [a.cz.aa] [81]
[אין] [GES364] [BDB387] [HAL401]

טֹ֑וב‎(טֹוב)

Hebrew|ṭˈôv|good

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2896] [i.ai.ab] [793a]
[טוב] [GES2794] [BDB3139] [HAL3113]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

עֵ֥ת‎(עֵת)

Hebrew|ʕˌēṯ|time

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6256] [p.dt.ac] [1650b]
[עת] [GES6164] [BDB6822] [HAL6754]

מַרְפֵּ֖ה‎(מַרְפֵּא)

Hebrew|marpˌē|healing

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4832] [t.dv.am] [2196c]
[מרפא] [GES4740] [BDB5299] [HAL5186]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הִנֵּ֥ה‎(הִנֵּה)

Hebrew|hinnˌē|behold

Part-of-speech: interjection
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2009] [e.bz.ab] [510a]
[הנה] [GES1942] [BDB2166] [HAL2163]

בְעָתָֽה‎(בְּעָתָה)

Hebrew|vᵊʕāṯˈā|terror

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1205] [b.ck.ab] [265a]
[בעתה] [GES1106] [BDB1272] [HAL1277]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



8. La suerte de los muertos.
Contumacia y falsa confianza en la ley.
Varios son los oráculos que integran este capítulo. Primeramente el autor continúa hablando de la suerte de las víctimas de la gran matanza, pasando después a destacar la pertinacia de Israel en su apostasía y rebelión, terminando con una diatriba contra los que confían indebidamente en la Ley.

Exhumación de los huesos de los jefes de Judá (1.-3)
1 En aquel tiempo oráculo de Yahvé sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los de sus príncipes y sacerdotes, los de los profetas y los de los habitantes de Jerusalén, 2 y los esparcirán al sol, a la luna y a toda la milicia celestial, que ellos amaron, y a la que sirvieron, tras de la cual se fueron, y que consultaron y adoraron; nadie los recogerá ni sepultará; serán como estiércol sobre la superficie de la tierra. 3Cuantos restos de esta mala generación sobrevivan preferirán la muerte a la vida en todos los lugares a que los arrojé, oráculo de Yahvé de los ejércitos.

La mortandad de que se habla en el capítulo anterior adquiere mayores caracteres de catástrofe ahora, pues ni siquiera se pretende dejar tranquilos a los muertos, y por eso se les priva de sepultura, de forma que no puedan llevar una vida tranquila en la región de los muertos o seol. Además, en este pasaje concreto de Jeremías,el exponer los restos mortales de los reyes de Juda y sus príncipes., (v.1) tiene un carácter irónico, ya que los huesos de éstos se exhibirán como ofrendas al aire libre al sol, a la luna y a toda la milicia celeste (v.2), a los que en otro tiempo dieron culto. De nada les servirán sus dioses astrales para librarlos de esta situación afrentosa de estar fuera de sus sepulcros.
Pero los malvados que sobrevivan a la catástrofe no estarán en mejor condición que los caídos, pues se verán condenados a una existencia miserable y desearán la muerte (v.5), porque serán arrojados por Yahvé fuera de su patria, en situación de esclavos de los invasores.

Contumaz rebeldía de Israel (4-7).
4 Y les dirás: Así dice Yahvé: ¿Por ventura quien cae no hace por levantarse? ¿Quién se desvía no vuelve? 5 ¿Por qué, pues, la rebeldía de este pueblo, Jerusalén i, y su aversión? Se ha aferrado a la mentira y rehusa convertirse. 6 Yo estoy atento y escucho; no hay quien hable rectamente, nadie que se arrepienta de su maldad, diciendo: ¿Qué es lo que he hecho? Todos corren desenfrenadamente su carrera, como caballo lanzado impetuosamente a la batalla, 7 La cigüeña en el cielo conoce su estación; la tórtola, la golondrina y la grulla guardan los tiempos de sus migraciones, pero mi pueblo no conoce el derecho de Yahvé!

La conducta de Israel es necia y sin sentido, más irracional que la de los mismos animales, pues se obstina, contra todo buen sentido de conservación, en seguir los caminos que le conducen a la perdición. Todo el que cae procura levantarse, y el que se desvía intenta rectificar su camino volviendo sobre sus pasos (v.4). Pero Jerusalén, en su estulticia, no reconoce que está descarriada, y está aferrada a sus desvaríos, a la rebeldía (v.5) y a la mentira. Por eso su situación es desesperada, ya que no reconoce su situación: rehusa convertirse (v.5b). La situación de la sociedad israelita es deprimente desde el punto de vista moral. El profeta, como centinela de su pueblo, está atento a su conducta: yo estoy atento y escucho, (v.6), y ha llegado a una triste consecuencia: el mal está tan generalizado que no hay quien hable rectamente ni reconozca su mala conducta con un sincero arrepentimiento de su maldad. Nadie hace un acto de examen de conciencia, diciendo: ¿Qué he hecho? (v.6b). La falta de escrúpulos en materia de moral social hace que todos corran sin miramientos apresuradamente, como caballo lanzado a la batalla (v.6c), tras su carrera, negocios y placeres.
Esta conducta inconsciente y ciega de Israel, que no quiere reconocer lo que le conviene, contrasta con los instintos de las aves, como la cigüeña, la golondrina., que se atienen a lo que les conviene y guardan los tiempos de sus migraciones (v.7). Israel debía tener un instinto religioso, formado por la experiencia de su historia, para saber dónde está lo que le conviene, que no es otra cosa que vivir en torno a Yahvé, que le protege y le ayuda cuando le es fiel. El símil es paralelo al de Isa_1:3 : conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo; pero Israel no tiene conocimiento. En realidad, la obcecación del pueblo elegido no le permite conocer el derecho de Yahvé, es decir, sus preceptos y exigencias, que deben regular la vida de Israel para que éste sea feliz y prospere en todos sus caminos.

Falsa confianza en la Ley (8-13).
8¿Cómo os decís: Somos sabios y la Ley de Yahvé está con nosotros? Ciertamente la convirtieron en mentira las mentirosas plumas de los escribas. 9Han sido confundidos los sabios, avergonzados, cogidos. He aquí que desecharon la palabra de Yahvé; ¿qué sabiduría les queda? 10 Por eso daré sus mujeres a extraños, sus campos a otros propietarios, porque, desde el pequeño al grande, todos se llenaron de rapiñas; desde el profeta al sacerdote, todos se dieron al fraude, 11y curaban las llagas de mi pueblo a la ligera, diciendo: Paz, paz, cuando no había paz. 12 Serán confundidos, porque hicieron abominaciones y no se avergonzaron, río conocen siquiera la vergüenza; por eso caerán con los caídos, al tiempo de la cuenta tropezarán, dice Yahvé. 13Los aniquilaré oráculo de Yahvé ; no quedará racimo en la viña ni higo en la higuera, y se marchitarán las hojas, y les daré (gentes) que los trasladen 2.

La presunción hipócrita de los israelitas, que blasonan de la Ley de Yahvé, es un título más que los hace dignos del castigo. Se creían que, cumpliendo la materialidad de la Ley en lo referente al culto, se hallaban a salvo del castigo divino 3. La reforma de Josías había contribuido a que el culto volviera a ser esplendoroso, y esto había creado un clima de falsa confianza. Los escribas, o peritos de la Ley, habían contribuido a ello, dando sólo importancia a lo puramente externo y cultual de la Ley: la convirtieron en mentira las plumas de los escribas (v.8b). Los escribas, en la época anterior al exilio, eran los funcionarios de la corte y secretarios de los tribunales. Aquí en Jeremías es sinónimo de dirigente del pueblo, responsable de la desorientación general, y, sobre todo, de esa falsa confianza en el cumplimiento superficial de la Ley de Yahvé. La enseñanza de la Ley pertenecía sobre todo a los sacerdotes y levitas 4; pero también los copistas de la Ley fueron tomando parte en el adoctrinamiento del pueblo, terminando por ser los especialistas de la Ley en la época rabínica inmediatamente anterior a Cristo. Algunos comentaristas quieren ver en la frase la convirtieron (la Ley) en mentira las plumas de los escribas (v.8b) una alusión a su posición frente a la reforma de Josías, basada en el libro de la Ley hallado por los sacerdotes en el templo. Aquí, según éstos, les echaría en cara a los escribas que ellos habían falseado la Ley verdadera de Dios, presentando una nueva como si fuera mosaica. Pero no hay ninguna insinuación de que Jeremías se opusiera a dicha reforma de Josías. Lo que aquí dice es que falsean el contenido de la Ley divina al exigir sólo lo accidental, haciendo creer al pueblo que con ello podía estar tranquilo. La Ley no podía ser como un talismán mágico para evitar la ira divina, sin obrar conforme a su espíritu, como tampoco la presencia del templo en la Ciudad Santa era una garantía absoluta contra la destrucción de la misma 5.
Los hechos mostrarán que estas enseñanzas de los sabios o escribas no son verdaderas y quedarán confundidos, avergonzados y tomados (v.8a). La palabra sabios aquí es irónica. Los escribas, que se creían sabios, se convencerán que son ignorantes al desechar la palabra de Yahvé, es decir, los oráculos de Jeremías, denunciando la falsa situación de confianza predicada por ellos, y la verdadera Ley de Dios que es la sabiduría verdadera de Israel 6. Al falsear la Ley han perdido dicha sabiduría (v.8). Han preferido sus puntos de vista humanos a las exigencias estrictas y claras de la Ley, que eran la guía de su pueblo, y por eso han sido confundidos, al ver que a la hora de la prueba nada ha resultado conforme a sus enseñanzas presuntuosas de sabios.
Esto está clamando por la intervención de la justicia divina, que no puede tolerar más una situación tan falsa: por eso daré sus mujeres a extraños. (v.10). Es la predicción de la invasión enemiga y la derrota de los confiados israelitas. Y todo como consecuencia de la inmoralidad general reinante: desde el pequeño al grande., etc. (v.10b). La frase es casi idéntica a 6:13-15, donde parece tener su lugar propio. La clase dirigente (profetas falsos y sacerdotes) son los responsables de este falso clima de seguridad: curaban las llagas de mi pueblo diciendo: Paz, paz (v.11). En sus conveniencias de halagar al pueblo en sus caminos fáciles, les decían que no había peligro de guerra, confiando en sus alianzas diplomáticas; pero la realidad es muy otra, y el castigo llegará. Cuando llegue la hora del castigo divino, caerán con los caídos en la mortandad general del valle de Ben-Hinnom, de que se hablaba en el capítulo anterior.
La ira divina desatada amenaza aniquilar al pueblo israelita, porque no encuentra nada de bueno en él.7. Israel es presentado en la literatura profética como una viña que no da fruto, en contra de las esperanzas de Yahvé 8. Es el caso de ahora: no queda racimo en la viña ni higo en la higuera, y se marchitan las hojas (v.13a); por eso Yahvé los entregará a los enemigos: y los daré a (gentes) que los trasladen en cautividad. Otros interpretan el versículo en el sentido de que Yahvé anuncia una destrucción completa de Israel: no quedará racimo en la viña. Pero esto parece en contradicción con la doctrina del resto salvado, que es común a Jeremías y a otros profetas. Por otra parte, la alusión en la última frase a la deportación indica que no todos perecerán.

La invasión devastadora (14-17).
14 ¿Por qué nos estamos sentados? Reunios, vayamos a las ciudades amuralladas y perezcamos allí, pues Yahvé, nuestro Dios, nos va a aniquilar, nos ha dado a beber agua de adormideras por haber pecado contra EL 15 ¡Esperábamos la paz, y no ha habido bien alguno; el tiempo de curación, y he aquí el pavor! 16 Ya se oye desde Dan el relinchar de los caballos, Al estruendo de los relinchos de sus corceles, tiembla la tierra toda. Ya vienen a devorar la tierra y cuanto hay en ella, la ciudad y cuantos la habitan. 17Pues he aquí que voy a enviar contra vosotros serpientes, víboras, contra las que no hay conjuro posible, y os morderán, oráculo de Yahvé.

Ahora el pueblo se percata de la inminencia de la invasión devastadora y, por instinto de conservación, quiere huir a las ciudades amuralladas. Cree que estar en la campiña resulta suicida: ¿por qué nos estamos sentados? (v.14). Esa actitud pasiva de expectación, sin decidirse a la huida, es comprometedora; por eso se animan mutuamente: reunios, vayamos a las ciudades amuralladas; aunque tienen la convicción de que no hacen sino retardar la hora de la muerte: perezcamos allí. Están convencidos de que aun las ciudades amuralladas nada pueden hacer contra los invasores, pues éstos son instrumentos de la justicia divina: pues Yahvé nos va a aniquilar (v.14b). El ejército invasor es tan mortal como el agua de adormilares que ahora, por decisión divina, se ven obligados a beber. Todas las falsas esperanzas anunciadas por los falsos profetas relativas a la paz han resultado fallidas: ¡Esperábamos la paz, y no ha habido bien alguno! (v.16). Creían que todo se iba a arreglar bien (el tiempo de la curación, v.15), conforme a los arreglos políticos que predicaban, y el resultado ha sido la catástrofe y el pavor, como consecuencia de la invasión 9. Llegan los ecos de la incursión del ejército enemigo por el norte: ya se oye desde Dan el relinchar de los caballos (v.16a). Como consecuencia, tiembla la tierra toda, es decir, la Palestina invadida.
Los invasores son tan perniciosos como serpientes venenosas (v.17a), contra las que no hay remedio. A las serpientes se las puede hacer frente con conjuros mágicos (probable alusión a Num_2:6), pero al ejército babilonio no hay medio de salirle al paso en su avance arrollador: contra los que no hay conjuro posible (v.17b); por eso irremisiblemente sufrirán sus exacciones: os morderán.

Profundo pesar del profeta por la suerte de su pueblo (18-23).
18 Mi mal es sin remedio 10, mi corazón desfallece. 19He aquí el grito de angustia de la hija de mi pueblo desde lejana tierra. ¿No estaba por ventura en Sión Yahvé? ¿No estaba en ella su rey? ¿Por qué, pues, provocaron mi ira con sus ídolos, con dioses extraños? 20 Pasó la siega, se concluyó el otoño, y no hemos sido salvados. 21 Estoy quebrantado por el quebranto de la hija de mi pueblo, estoy cubierto de luto, se ha apoderado de mí el espanto. 22¿Por ventura no había bálsamo en Galaad ni había médicos allí? ¿Cómo, pues, no surgió la curación de la hija de mi pueblo? 23 ¡Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, y mis ojos fuentes de lágrimas, para llorar día y noche las llagas de la hija de mi pueblo!

En este fragmento se cambian constantemente los interlocutores. No está claro si las frases han de atribuirse directamente a Dios, al profeta y aun al pueblo. La frase del v.18 puede muy bien ser una continuación de la confesión hecha por el pueblo anteriormente y continuada aquí. La situación es desesperada: Mi mal es sin remedio (v.18). Pero puede también entenderse como introducción a la frase siguiente, proferida por Jeremías en nombre de Yahvé: mi corazón desfallece. el grito de la hija de mi pueblo (v. 19). El profeta asiste en espíritu a la tragedia de su pueblo, errabundo en el exilio después de la caída de Jerusalén, dando gritos de angustia desde lejana tierra (v.19a). La expresión hija de mi pueblo, aplicada a Jerusalén y Judá, tiene un tono afectivo de ternura. El profeta o el pueblo no pueden hacerse a la idea de esta tragedia, pues todavía está en Jerusalén su rey Yahvé: ¿No estaba por ventura en Sión Yahvé., su rey? (v.16b). La presencia de Yahvé en su templo de Sión era como una garantía de la permanencia de su pueblo. Los deportados parecen estupefactos por lo que les ha pasado: ¿No estaba por ventura en Sión Yahvé? La respuesta de Yahvé da la explicación de lo sucedido: ¿Por qué provocaron mi ira con sus ídolos? (v.19c).
Sigue hablando el pueblo o el profeta en su nombre. El tiempo va pasando, sin que llegue la hora de la salvación: pasó la siega, se concluyó el otoño, y no hemos sido salvados (v.20). La frase parece tener un aire de proverbio, para indicar las distintas fases de una esperanza fallida. Los agricultores, cuando la siega de los cereales ha sido deficiente, esperan compensar el contratiempo con una buena cosecha de frutos en otoño, y viven con esta esperanza. Así, los israelitas exilados han esperado en varias ocasiones la intervención salvadora de Dios, pero no ha llegado: no hemos sido salvados. Por ello, la decepción ha sido total.
El profeta siente más que nadie esta situación de angustia de su pueblo, y sabe el futuro que les espera en el destierro babilónico: estoy quebrantado por el quebranto de la hija de mi pueblo (v.21).
La herida que sufre Judá (la hija de mi pueblo) es tan profunda, que no bastan los remedios ordinarios para curarla: ¿No había bálsamo en Galaad ni médicos? (v.22). Galaad era famosa por sus bálsamos, que se empleaban para todas las epidemias n. La frase bálsamos de Galaad tiene, pues, aire de proverbio: las mejores medicinas, como las hechas con bálsamos de Galaad, eran insuficientes para curar a Sión, porque el castigo viene de Yahvé directamente. Por tanto, no era posible la curación de la hija de mi pueblo. La frase del profeta tiene un sentido irónico: los remedios que han querido poner a las desgracias de Jerusalén han sido inútiles. Todas las alianzas políticas con otras naciones no han servido para salvarla de la catástrofe.
Después de poner el dedo en la llaga fustigando la conducta de Israel, el profeta abre su corazón herido y muestra el profundo pesar que le causa la tragedia que viene sobre su pueblo. ¡Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, y mis ojos fuentes de lagrimas! (v.23). La vida de Jeremías ha sido un continuo duelo por la suerte de su pueblo. Por eso, muchos Padres han considerado al profeta de Anatot como el tipo de Jesús llorando por la Ciudad Santa 12.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VIII.

1 The calamity of the Iewes, both dead and aliue. 4 Hee vpbraideth their foolish, and shamelesse impenitencie. 13 Hee sheweth their grieuous iudgment, 18 and bewaileth their desperate estate.
1 At that time, sayeth the Lord, they shall bring out the bones of the kings of Iudah, and the bones of his princes, and the bones of the Priests, and the bones of the Prophets, and the bones of the inhabitants of Ierusalem out of their graues.
2 And they shall spread them before the Sunne, and the Moone, and all the

[Couetousnes in all.]

hoste of heauen whom they haue loued, and whom they haue serued, and after whom they haue walked, and whom they haue sought, and whom they haue worshipped: they shall not be gathered, nor be buried, they shall be for doung, vpon the face of the earth.
3 And death shall bee chosen rather then life, by all the residue of them that remaine of this euill family, which remaine in all the places whither I haue driuen them, saith the Lord of hosts.
4 Moreouer thou shalt say vnto them, Thus saith the Lord, Shall they fall, and not arise? shall hee turne away, and not returne?
5 Why then is this people of Ierusalem slidden backe, by a perpetual backesliding? they hold fast deceit, they refuse to returne.
6 I hearkened and heard, but they spake not aright: no man repented him of his wickednesse, saying, What haue I done? euery one turned to his course, as the horse rusheth into the battell.
7 Yea the [ Isa_1:3 .] Storke in the heauen knoweth her appointed times, and the turtle, and the crane, and the swallow obserue the time of their comming; but my people know not the iudgement of the Lord.
8 How doe ye say, We are wise, and the Law of the Lord is with vs? Loe, [ Or, the false penne of the scribes worketh for falshood.] certainly, in vaine made he it, the pen of the scribes is in vaine.
9 The [ Jer_6:15 .] [ Or, haue they beene ashamed, etc.] wise men are ashamed, they are dismayed and taken; loe, they haue reiected the word of the Lord, and [ Hebrew: the wisedome of what thing.] what wisedome is in them?
10 Therfore will I giue their wiues vnto others, & their fields to them that shall inherite them: for euery one from the least euen vnto the greatest is giuen to couetousnes, from the Prophet euen vnto the priest, [ Isa_56:11 Jer_6:13 .] euery one dealeth falsly.
11 For they haue [ Jer_6:14 .] healed the hurt of the daughter of my people slightly, saying, [ Eze_13:10 .] Peace, peace, when there is no peace.
12 Were they [ Jer_3:3 ; Jer_6:15 .] ashamed when they had committed abomination? nay, they were not at all ashamed, neither could they blush: therefore shall they fall among them that fal, in the time of their visitation they shall be cast downe, saith the Lord.
13 [ Or, in gathering I will consume.] I will surely consume them, saith the Lord; there shalbe no grapes [ Isa_5:1 , etc.] on the vine, nor figges on the [ Mat_21:19 ; Luk_13:6 , etc.] figtree, and the leafe shall fade, and the things that

[The Prophets sorow for the people.]

I haue giuen them, shall passe away from them.
14 Why doe wee sit still? assemble your selues, and let vs enter into the defenced cities, and let vs be silent there: for the Lord our God hath put vs to silence, and giuen vs [ Jer_9:15 ; Daniel 23.15.] waters of [ Or, poyson.] gall to drink, because we haue sinned against the Lord.
15 We [ Jer_14:16 .] looked for peace, but no good came: and for a time of health, and behold trouble.
16 The snorting of his horses was heard from [ Jer_4:15 .] Dan: the whole land trembled at the sound of the neighing of his strong ones, for they are come and haue deuoured the land, and [ Hebrew: the fulnesse therof.] all that is in it, the citie, and those that dwell therein.
17 For behold, I wil send serpents, cockatrices among you, which will not be [ Psa_58:5-6 .] charmed, and they shall bite you; saith the Lord.
18 When I would comfort my selfe against sorrow, my heart is faint [ Hebrew: vpon.] in me.
19 Behold the voice of the crie of the daughter of my people [ Hebrew: because of the countrey of them that are farre off.] because of them that dwel in a farre countrey: Is not the Lord in Zion? is not her king in her? why haue they prouoked me to anger with their grauen images, and with strange vanities?
20 The haruest is past, the summer is ended, and we are not saued.
21 For the hurt of the daughter of my people am I hurt, I am blacke: astonishment hath taken hold on me.
22 Is there no [ Jer_46:11 .] balme in Gilead? is there no physician there? why then is not the health of the daughter of my people [ Hebrew: gone vp.] recouered?

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

No quieren convertirse. En este nuevo mensaje contra los habitantes de Jerusalén y de Judá, el Señor reprocha al pueblo su resistencia a convertirse. Pero la conversión no es posible sin el reconocimiento humilde y sincero de las culpas; ahí está justamente el problema del pueblo y de sus dirigentes: no se convierten porque no ven de qué convertirse. Para ellos era suficiente con «tener la Ley del Señor» y pensaban que eso bastaba para creerse sabios y buenos; pero el profeta hace ver una realidad distinta y el castigo que se acerca cada vez más.
Desafortunadamente, en muchos de nuestros ambientes cristianos constatamos a veces esta misma realidad. Con frecuencia nos creemos «sabios» y «buenos» porque ostentamos el título de cristianos, llevamos la Biblia debajo del brazo o la tenemos entronizada en nuestras casas; pero cuán lejos nos encontramos del ideal de vida que nos propone esa Palabra, no caemos en la cuenta de nuestra responsabilidad respecto de los males sociales, no porque seamos nosotros los directos causantes, sino porque hacemos muy poco por evitarlos.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



2. Ver Eze_8:16; Job_31:26-28.

19. "Vanidades": expresión despectiva para referirse a los dioses de las naciones paganas. Ver nota 3. 24.

22. El "bálsamo" de Galaad era famoso por sus propiedades curativas (46. 11; Gen_37:25).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_59:9

[2] = Jer_14:19

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_59:9

[2] = Jer_14:19

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Jer 14:19; Isa 59:9.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*2:1-25:14 Toda esta amplia y heterogénea sección se caracteriza, en líneas generales, por la temática del juicio. En ocasiones, la división de algunas de las secciones no es del todo segura.

Torres Amat (1825)



[7] Muda de región.

[10] Jer 6, 13; Is 56, 11.

[14] Jer 9, 15.

[15] Jer 14, 19.

[18] El profeta habla en tono de lamentación.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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